jueves, 30 de octubre de 2014

Despertando el Corazón

DESPERTANDO EL CORAZÓN




En muchas tradiciones espirituales, se menciona el corazón como la semilla del alma. Eso es porque el corazón es el primer órgano que aparece cuando vienes a la realidad física en el vientre.

Los pensamientos, supuestamente ubicadas en la mente, como la mayoría de la gente piensa, están contenidas en el campo energético del cuerpo, que básicamente es un campo electromagnético que nos une a todos nosotros. Está dentro y fuera de todos nosotros.

Los pensamientos son comunicados al cuerpo, primero desde el corazón. El corazón entonces manda estas señales al cerebro que accede a una interfaz entre lo que es físico y lo que no es físico.
Pero el corazón es la primera fuente para la realidad física y no física. Entonces, acercarte al corazón es el camino para acercarte a lo que es eterno sobre ti, energía no física, la energía fuente, o, podríamos llamarla Dios.

El corazón está lleno de neurotransmisores. Tiene uno de los campos electromagnéticos mas grandes de todas las partes de tu cuerpo, si no es el más grande. De hecho, el campo electromagnético del corazón es incomparable con el del cerebro. Es cientos de veces más potente eléctricamente, y 5000 veces más fuerte magnéticamente.


Para moverte desde el cerebro al espacio del corazón, es beneficioso tratarlo como si fuera una entidad propia. Porque es así como es. Podemos dejarle que nos transmita su propia verdad; podemos dejarle que nos exprese su propia sabiduría; y podemos tenerlo para que nos ayude en nuestras decisiones diarias, como si fuera un mini aliado. Podemos incluirlo en nuestras propias conversaciones con nosotros mismos y con otros. Haciendo esto, todas las conversaciones que tenemos con nosotros mismos y con los demás, se convierten significativos. Y todas las decisiones que tomamos están alineadas con los mayores beneficios para nosotros mismos y los demás.

En esta sociedad moderna en la que vivimos, es muy fácil sentirnos solos. Te dice que estás separado de todo lo demás. El corazón no está sumergido en esa ilusión. En consecuencia, el corazón puede ser como tu mejor amigo. Puedes tratarlo como si fuera un ser en sí, y cuando tienes que tomar decisiones, puedes envolver estas cuestiones en tu corazón, y el corazón siempre te dirá cual es la respuesta y dirección correcta.

Para moverte desde el cerebro al espacio del corazón, necesitamos espacio para la calma. Las estimulaciones que nos rodean, nos mantienen en el cerebro. Nos mantienen en la clemencia de nuestra mente que está siempre juzgando lo que percibimos desde nuestro entorno.

El corazón es el centro de la INTUICIÓN. La intuición nunca interferirá o competirá con nada. Su voz es muy estable y muy tranquilo. Necesitamos un espacio donde estar en calma donde podamos escuchar claramente esa voz. La meditación es la mejor forma para alcanzar este tipo de silencio-calma. Es la mejor manera de calmar la mente y para que el corazón pueda entrar en acción en términos de lo que decimos y lo que hacemos en esta vida.

Conoceremos la mente de manera que el corazón pueda tener dominio. Practicando la meditación, el desapego de nuestros pensamientos, memorias, experiencias, y de nuestra propia identidad singular.

Así que cuando estemos en MEDITANDO, podemos aprender simplemente a observar nuestros pensamientos y las posteriores emociones que son los resultados de estos pensamientos. Podemos observar los saltos y el caos que hay sin entretener a los mismos pensamientos. Y cuando observamos nuestros pensamientos, en vez de entretenerlos, pierden su poder y carga.

La INTUICIÓN es la perspectiva del Ser Superior. Es la perspectiva más objetiva que hay. No se basa en suposiciones ni juicios. No tiene que justificar su propia perspectiva, y está siempre alineado en beneficio de todo lo que existe. Así que despertar la intuición es acercarte a vivir en el corazón en vez de solamente en el cerebro.

También queremos cultivar la HONESTIDAD. Hasta que seamos honestos con nosotros mismos y con los demás, somos prisioneros en nuestras propias vidas. Necesitamos soltar el condicionamiento y las ilusiones que nos ciegan para seguir a nuestro corazón, quien es nuestro ser verdadero.

Así que tenemos que ser lo suficientemente valientes para seguir a nuestra propia felicidad y sentirnos a nosotros mismos llenos de amor si vamos a vivir en el espacio del corazón.

Para vivir en el corazón también necesitamos pensar en horizontal, que es el pensamiento de la humildad. El pensamiento horizontal significa esto: no soy más que... no soy menos que... no nomos ni iguales. SOMOS UN@. Cuando estamos en una mente que juzga, es muy fácil no entender la ecuanimidad. Que cuando vas por la vida, tu perspectiva y la de los demás no están en competición, y que son del mismo valor para el universo que existe. Cuando tienes sentimientos como vergüenza u orgullo, es pensamiento vertical. Por otro lado, cuando entras en el espacio de la compasión y entiendes esta ecuanimidad y cultivas un tipo de apreciación, estás pensando horizontalmente, que es la manera en que el Universo ve la vida.

También queremos cultivar el desapego. En la comunidad espiritual hablamos mucho sobre el desapego, y es aquí donde el corazón es el mejor. Necesitamos sentarnos con nosotros mismos donde quiera que estemos. Tu corazón no busca salidas para escaparse desde cualquier cosa en el momento presente. No se quiere escapar de la manera en que eres ahora, y tampoco de la manera en la que te sientes ahora. Porque entiende que la iluminación solo puede ocurrir en el lugar y momento en donde estás. Donde estás, es la verdad de la experiencia. No es ni bueno ni malo. Simplemente es.
El DESAPEGO, contrariamente a la creencia de la mayoría de la gente, no significa sacarse uno mismo de la experiencia y no dejar que te impacte. Significa que dejes que la experiencia entre en ti enteramente. Si tratas de evitar pasar por las emociones de las experiencias que estás teniendo, jamás podrás desapegarte de ellos. Desapegarse significa zambullirse en las emociones de la experiencia, en las profundidades de todas esas emociones. Y entendiendo que saldrás al otro lado con total entendimiento. Así que al total entendimiento con el que sales de la experiencia, podemos llamarlo la sabiduría del corazón.

También necesitamos vivir en el momento presente. En el presente está todo lo que existe. El corazón lo sabe. Si vivimos mentalmente en el pasado y luego en el futuro, no nos despertaremos totalmente para experimentar completamente la vida que vivimos. Nunca podríamos experimentar el agua cayéndose sobre nuestra piel cuando nos duchamos. No viviríamos realmente la vida. Viviríamos una vida de dormidos en vez de despiertos, y esa no es la manera del corazón.

La APRECIACIÓN, que es la misma vibración que el amor, te suavizará hacia dentro del espacio del corazón. Te despertará completamente a tu experiencia de apertura y entendimiento de tus emociones.
Cuando estés en una actitud en donde puedas ver en tu entorno, en tu vida y en ti mismo cosas que te hacen sentir bien cuando las miras, las sientes,... estás en la vibración de apreciación. Estás en un punto de vista en el que la Eterna Fuente ve las cosas. En consecuencia estás dejando que tu verdadero ser se manifieste en la realidad física, porque no lo estás previniendo. Y es un estado que no es combatible con ninguna enfermedad, hambruna... no es combatible con ningún estado en tu vida en donde te puedas sentir incómodo desde la mente. Desde el momento en que entres en el aspecto de enfocarte en cosas que aprecias, cosas por las que te sientes agradecido, estarás permitiendo toda la fuerza y energía de la Fuente de tu ser a través de tu corazón y tu cuerpo físico.

El espacio del corazón es el espacio de la COMPASIÓN. Cultivar la compasión es una de las bases e importantes cosas que hacer en una práctica espiritual. Es la que nos dice que no hay separación. La alegría de otra gente es nuestra alegría. El sufrimiento de otra gente es nuestro sufrimiento. Mi historia es tu historia y viceversa.
La compasión nos ayuda a vivir acorde a la unidad, libres de la prisión de la ilusión de nuestras propias experiencias individuales.
Practica escuchando y entendiendo a los demás profundamente. Esto te ayudará a perdonar y conectar con el mundo. Te ayudará a disolver y transformar el juzgar del pasado. Juzgar es un proceso mental. Comprender es un proceso del corazón.
El corazón no construye muros entre él y lo demás. Para el no puede haber nada que sea enemigo o adversario. Simplemente es un estado de receptividad y ofrecimiento. UNA DANZA DE ALEGRÍA INFINITA DE DAR Y RECIBIR EN BENEFICIO DE TODO LO QUE EXISTE.
Entonces, cuando estés con la gente tomate la oportunidad de escuchar profundamente, busca para el entendimiento, porque eso causará el vernos a nosotros mismos, realmente, verdaderamente sin ilusiones.

Y lo que es más asombroso, es que cuando te mueves al espacio de la compasión, nosotros nos convertiremos en el mundo en el que tanto estamos buscando.

Vivir desde el corazón significa emanar tu verdadera esencia. Significa estar totalmente presentes y disponibles para convertirnos en la encarnación del Amor, Ecuanimidad y Libertad. Este es tu más natural y verdadero estado.

Hemos estado realmente condicionados y lejos de ello.

Es posible con la práctica, estar en el espacio del corazón. Hacer que el corazón y el cerebro se alineen hacia el centro del espacio del corazón, viviendo desde el corazón. Y cuando lo hagamos, estaremos experimentando un tipo de totalidad en nuestras vidas, el cual está muy lejos de la dualidad y el conflicto. Entonces sabremos qué es vivir desde nuestros seres esenciales.

Este es el punto en donde nos daremos cuenta del Cristo y el Buda que reside en todas las personas y todas las cosas. Todas y cada una de las personas que nos encontremos desde este punto, los veremos como el Cristo y el Buda que reside en ellos. Veremos en ellos su más íntimo potencial. Veremos todo lo que son capaces de hacer. Veremos quienes son realmente. Cuando vives en el espacio del corazón, da lo mismo qué lejos o cerca están los demás a su propia conciencia de Cristo o Buda. Cuando estás viviendo en este estado, estás añadiendo ese estado a la persona que la estas mirando. Y entonces será mucho mas fácil para ellos despertarse a ese estado en ellos mismos.

Abriéndote a la vida desde el espacio del corazón en vez del espacio de la mente, es la manera de despertar tu propio aspecto de tu verdadera personalidad.

Esta naturaleza de Cristo y Buda no es solo un aspecto de nuestra vida. Es nuestro verdadero ser.

Es mi deseo que tu lo descubras en tu propio ser.

Muchas gracias!

Julen Apezetxea.

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